No he de volver a Dios
cada mañana luego de besar el húmedo labio de la noche. No he de volver de
tanta oscuridad negando la sabiduría cruel que se esconde en la derrota. No he
de ser otro si soy éste que ilumina de sombra tu camino y tu caída, cuando otra
vez nos vuelve a mirar la bestia que habita tu dulce abismo.
26 de febrero de 2017
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