lunes, 23 de septiembre de 2013

Áridos incoherentes



o

evitar encontrar entre las calles, mirando a escondidas las evidencias con que el resto delimita mis posibilidades, suena imposible. Como imposible es dejar de recordar los que no eres.

Qué necesidad hay realmente en forzar a la palabra. Qué tan importante puede ser que te envidie el silencio.

Ya viste en la pupila asomar a la bestia y no corriste; toda violencia siempre te sedujo.

Y de pronto soy aquí y no hay lucidez que valga la pena.


oo

Avanzan fantasmales las sombras que dejamos buscando nuestra compañía.

Pero correr era la fórmula.

Y desaparecer desaparecer desaparecer, y hacerte mito del que espera, tan frágil e inocente, tan monstruo y sin memoria.

Cabalgas la razón pero no la entiendes.

Y consumes días que no son, y bebes de las costumbres de los otros tus acciones que no mienten, por lo menos, no como tú.


Ronald Harris

26 de octubre de 2012

Divagaciones para el retorno


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No estaba en el apetito la encrucijada, ni en el medio de esas piernas la respuesta. Había una gruta si, donde dejar la agonía por un rato; un momento que de no ser tan finito y fugaz, sería ciertamente similar a la alegría. Y caducamos los sueños esperando nuestro cometa, uno que quizá no venga a salvarnos. Pero que importa la salvación si al otro lado estás tú y la posibilidad de la sorpresa.

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De frente a las mareas Dios vigila su creación. El viento sopla su nombre sobre el brillante lomo de las gaviotas, y recorre las costas gritándolo en susurros que exaltan oro de la arena y del caracol, y de las barcas que muerden el tiempo que les devora bajo el agua, cuando las Eras de sal acumulada en sus barrigas húmedas, se convierten de pronto en las estrellas de aquel cielo que fuiste junto a mí. Porque conmigo siempre fue la mejor época, la tierna intensidad de las cosas que terminan; ese hermoso y cruel refugio que fue el amor.

Hay cosas que no se deben tocar, cosas que no se deben repetir ni en secreto.

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Y el cristo ensangrentado que habita en mi corazón grita mientras beso el luto blanco de las noches sin ti.




Ronald Harris
28 de junio de 2013

Último baile



Concédeme esta última pieza. Te iré dando las claves con las que despedirnos en cada paso. Toma mi mano, cierra los ojos, no habrá como dividirnos este instante. Ven, abraza conmigo la ternura de perdernos. El amor no cabe en unos pocos versos, lo sé. El amor no cabe tampoco en toda una vida. Baila conmigo la tristeza de sabernos diferentes y enamorados, distantes. Hoy, que no somos los de antes, seremos los de siempre; un beso sin labios, una caricia sin piel que la retenga, solo el alma, solo esta pieza que nos reúne unos minutos, antes del silencio.

Ronald Harris

18 de julio de 2013

domingo, 15 de septiembre de 2013

Corazón delator

“Por descuido fui víctima de todo alguna vez” - Gustavo Cerati

publicaremos en el cielo las preguntas que dejó tu última marea
suponiendo que hay suficiente  azul en él aun muerto el mar
y elevadas las anclas vaciadas de recuerdos

quisiera entrar nuevamente en las penumbras y mirarte
cegar el ojo de mi miedo para verte entre las sombras

pero ya no queda esa precisa oscuridad que dejabas con tus besos

ya no queda rastro del imperio cabizbajo de tu pelo
naufragado en la sedienta posibilidad de cogerte tras sus rejas
tras los muros donde perdimos el deseo sin querer

ya no queda el desconcierto de tenerte
aquel desasosiego que todo corazón enamorado esconde
y que se revela tras la pupila iluminada de placer y de temor   

y desde entonces
vagan huérfanos  mis versos por la tierra
como victimas sin musa que logre rescatarlos

Ronald Harris
5 de septiembre de 2013